Si bien el fútbol puede ser el fuerte de Jared Goff, su padre, Jerry Goff, era más hábil en el béisbol. Al igual que su hijo, Jerry fue un atleta increíblemente talentoso desde una edad temprana. Fue reclutado justo al salir de la escuela secundaria por los Oakland Athletics y los New York Yankees, según Pesado. Sin embargo, decidió renunciar a ser profesional en ese momento y, en cambio, fue a la Universidad de California, Berkeley para jugar a la pelota.
Finalmente, decidió convertirse en profesional y en 1986 fue elegido en la tercera ronda del Draft de las Grandes Ligas por los Marineros de Seattle. Luchó a través del sistema de ligas menores de Seattle antes de ser recogido por los Expos de Montreal y hacer su debut en la MLB en 1990, según Fox Sports. Luego pasó a tener una exitosa carrera de seis temporadas en la MLB, jugando para los Piratas de Pittsburgh y los Astros de Houston también.
Jared claramente ha seguido los pasos de su padre, aunque para un deporte diferente, asistiendo a su alma mater y también dando el salto al nivel profesional. Jerry tampoco podía estar más orgulloso de su hijo.
«Es mucho mejor de lo que jamás pensé, te lo aseguro, en su deporte», le dijo a KPIX 5 de CBS en San Francisco en una entrevista antes de la primera aparición de Jared en el Super Bowl. «Orgulloso como puede ser. Ver la progresión que ha hecho en los últimos dos años ya lo largo de su carrera. Estamos felices por él más que por nada».