Aunque Hank Aaron era mejor conocido por su destreza en el béisbol, también fue un defensor de los derechos civiles. Nacido en Mobile, Alabama, en 1934, Aaron tuvo que abrirse camino a través del inmenso racismo que envolvía los deportes profesionales. Inspirado por Jackie Robinson, Aaron luchó a través de los obstáculos para convertirse en un jugador de Grandes Ligas. De acuerdo a ESPNAaron y su familia recibían constantemente amenazas de muerte, aunque era conocido por su «determinación tranquila y dignidad frente a las amenazas». De muchas maneras, el odio animó a Aaron a seguir luchando frente a la adversidad: «Tuve que romper ese récord. Tuve que hacerlo por Jackie (Robinson) y por mi gente y por mí», dijo en su autobiografía. Tenía un martillo, vía CNN.
Con su récord de 755 jonrones y un lugar en el Salón de la Fama del béisbol, el legado de Hank Aaron está abrumado por logros que rompen barreras. Los fanáticos de todo el mundo recordarán a Aaron en los próximos años, no solo por su talento como jugador de béisbol, sino también por su firme compromiso de superar la desigualdad racial.